El descanso también es parte del camino
A veces creemos que descansar es solo dormir más, ver la tele, leer...
Pero el descanso real, ese que te recarga de energía de verdad, va mucho más allá.
Descansar es pausar la mente, silenciar el ruido externo, soltar la exigencia constante.
Es darte permiso de estar presente, de disfrutar una comida, una plática, una tarde sin prisas y sin estar viendo el reloj.
Es recordar que no todo se mide en logros, productividad o “hacer más” a veces es “hacer menos” ...
El descanso es también conexión: con la gente importante de tu vida, contigo mismo, incluso con la naturaleza.
Es volver a tu centro y encontrarte.
Y lo más importante: no necesitas “ganártelo”.
No necesitas justificarlo.
Disfrutar sin culpa es una forma de honrar quién eres, valorarte y cuidarte.
Porque al final, la vida no se trata solo de avanzar,
sino de aprender a disfrutar el proceso.