Ghosting: el silencio que duele más que un “NO”
Seamos claros: el ghosting apesta.
Nada duele tanto como el silencio cuando estabas esperando una respuesta, en el trabajo, cuando aplicaste a una vacante y nunca te contestaron, en una relación, cuando alguien desaparece sin explicación, o incluso en amistades, cuando alguien simplemente deja de estar.
Y lo peor es que ese vacío te deja más preguntas que respuestas.
¿Por qué duele tanto?
El ghosting no es “simple silencio”, es rechazo disfrazado.
Nuestro cerebro necesita cierre y cuando no lo tenemos, se activa ese “mal viaje” mental de:
¿Habré hecho algo mal?
¿No fui suficiente?
¿Por qué no me lo dijeron en la cara?
En términos de energía, te deja atrapado en la duda y en la comparación y eso te drena.
En el trabajo
Ejemplo: aplicas a diez puestos, te entrevistan en tres… y después: silencio absoluto, ese vacío no solo hiere tu autoestima, también baja tu motivación.
Lo mismo pasa dentro de empresas: líderes que no dan feedback, proyectos que se quedan “en el aire”.
Esa falta de comunicación genera inseguridad, rumores y desconfianza y ojo, ghostear también es una decisión de liderazgo o de falta de él.
En la vida personal
Relaciones que se desvanecen sin explicación, amigos que desaparecen, parejas que se esfuman.
Aquí la herida es emocional: te deja con la sensación de no valer lo suficiente como para merecer una explicación.
Pero recuerda: el silencio del otro dice más de ellos que de ti.
Te digo mi secreto, qué hacer cuando te ghostean
Aquí no hay varita mágica, pero sí pasos que ayudan:
Acepta el hecho: alguien eligió no comunicarse y punto.
No inventes historias: la mente llena los huecos, y casi siempre con la versión más cruel.
Pon límites: si una empresa, persona o amigo no respeta tu tiempo, tu energía o tu valor… ese no es tu lugar.
Elige cerrar tú: aunque no haya “cierre oficial”, puedes decidir que ese capítulo terminó, ese era tu cierre...
El otro lado de la moneda: ¿y si tú ghosteas?
Todos hemos sido culpables de esto en algún momento.
El silencio puede parecer más cómodo, pero en realidad es más dañino que un “no”, que un “ya no quiero seguir” o un “no eres lo que busco para este puesto”.
Un mensaje claro aunque incomode es un acto de respeto hacia los demás, no hagas lo que no te gusta que te hagan...
El ghosting es el reflejo de una cultura que huye de la incomodidad.
Pero lo que realmente necesitamos son líderes, amigos, parejas y personas que tengan el valor de comunicarse con honestidad.
La próxima vez que te toque elegir: ¿vas a desaparecer o vas a hablar con claridad?
Ahí está la diferencia entre dejar heridas abiertas o crear vínculos más sanos.